viernes, 30 de octubre de 2015

El Suelo:

El suelo es la fina capa de material fértil que recubre la superficie de la Tierra.
El suelo es una capa delgada situada en el límite entre la atmósfera y la zona continental de la corteza terrestre.
Atmósfera, corteza y suelo interactúan para proporcionar a los seres vivos los recursos que necesitan. El suelo, por tanto, constituye el soporte de la vida sobre los continentes.

Desde el punto de vista científico el suelo constituye el objeto de estudio de la Edafología, la cual lo define como "ente natural organizado e independiente, con unos constituyentes, propiedades y génesis que son el resultado de la actuación de una serie de factores activos (clima, organismos, relieve y tiempo) sobre un material pasivo (la roca madre)". El suelo forma un sistema abierto a la atmósfera y la corteza que almacena de forma temporal los recursos necesarios para los seres vivos. La disponibilidad de estos recursos (agua, energía, nutrientes minerales, etc.) depende de la intensidad y velocidad de los procesos de intercambio entre el suelo y el resto de compartimentos de los sistemas ecológicos.


El concepto de suelo ha ido modificándose conforme ha ido avanzando el conocimiento de sus componentes y la relación entre ellos. Así, para el alemán Frank Albert Fallou (1862), el suelo puede considerarse como “el producto de la alteración, que, como dientes, va royendo la superficie de la tierra”. En este mismo sentido, para el también alemán Emil Ramann (1928), el suelo es “la capa superior de alteración de la corteza”. Lavy, pensaba que el suelo no era más que una clase de roca. Se trata de conceptos meramente geológicos.
Para el norteamericano Eugene Woldemar Hilgard (1906), con una formación más amplia como geólogo, edafólogo y agrónomo, el suelo era “el material más o menos suelto en el que las plantas encuentran soporte y nutrición”.
Robinson (1930) afirmaba que el suelo es la alteración físico-química de la roca, los residuos orgánicos y los excrementos.
Según Walter L. Kubiena, investigador afincado en España, “el suelo es la capa viviente de transformación de la corteza sólida terrestre surgida bajo el influjo de la vida y de las especiales condicions del hábitat biológico, sometida a un constante cambio estacional y desarrollo peculiar”.
José María Albareda definió en 1940 el suelo como “una formación limítrofe, zona en que se compenetran la parte sólida, líquida y gaseosa de la tierra, lo mineral inorgánico, seres vivos y restos de la vida, crecimientos y destrucciones, lavados y evaporaciones, una complejidad natural sometida a una complejidad dinámica”.
Desde el punto de vista científico más actualizado, la Edafología define el suelo como “un ente natural organizado e independiente, con unos constituyentes, propiedades y génesis que son el resultado de la actuación de una serie de factores activos (clima, organismos, relieve y tiempo) sobre un material pasivo (la roca madre)". El edafólogo francés Philippe Duchaufour definió en 1956 el suelo como una “colección de cuerpos naturales de la superficie terrestre que soporta plantas, que llega desde los materiales no consolidados e inorgánicos que yacen en la zona de las raíces de plantas nativas perennes a donde se han desarrollado horizontes impermeables a las raíces o los dos metros más superficiales de propiedades distintas al material rocoso subyacente, como resultado de la acción de organismos vivos, clima, roca madre y relieve.
En la definición de suelo que ofrece el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, 1998), el suelo es un cuerpo natural formado por una fase sólida (minerales y materia orgánica), una fase líquida y una fase gaseosa que ocupa la superficie de la tierra, organizada en horizontes o capas de materiales distintos a la roca madre, como resultado de adiciones, pérdidas, transferencias y transformaciones de materia y energía, que tiene capacidad para servir de soporte a las plantas con raíces en un medio natural. Los límites superiores del suelo son la atmósfera, las aguas superficiales poco profundas (es decir, que pueden soportar el crecimiento de raíces), las plantas vivas o el material orgánico que no ha comenzado a descomponerse. Los límites horizontales los constituyen áreas donde el suelo es invadido por aguas profundas (más de 2.5 m), materiales estériles, rocas o hielo. El límite inferior está constituido por la roca dura y continua. De manera arbitraria, la profundidad máxima del suelo se establece en 2 m.
De este modo, la visión del suelo como una intersección de atmósfera, litosfera, hidrosfera y biosfera ha dejado paso a un concepto de suelo como un subsistema de los ecosistemas terrestres.
Este concepto sistémico del suelo implica tres características fundamentales:
Complejidad: El suelo está caracterizado por una atmósfera interna, una economía particular del agua, una flora y fauna determinada, unas partículas minerales y unas partículas orgánicas, estando todos estos componentes fuertemente relacionados.
Dinamismo: El suelo adquiere progresivamente sus propiedades por la acción combinada del medio. La roca madre se altera por influencia del clima y la vegetación; los residuos vegetales y animales son atacados por los microorganismos del suelo, forman complejos orgánicos coloidales que se denominan humus y que después se mineralizan progresivamente; se establecen uniones más o menos íntimas entre los minerales procedentes de la alteración de la roca y el humus; las sustancias solubilizadas y las partículas coloidales sufren migraciones. Así, al fin de su proceso evolutivo, el suelo da lugar a un medio estable y equilibrado con el clima, la vegetación y la roca madre. Sin embargo, este equilibrio puede romperse mediante una modificación apreciable del clima o la vegetación, comenzando un nievo proceso de evolución.

Permeabilidad: El suelo es un sistema abierto. Esta permeabilidad repercute en la mayor o menor facilidad de degradación. 

EL SUELO ESQUEMA GENERAL DE SU FORMACIÓN
PROCESOS BÁSICOS:

Desde un punto de vista global en el suelo se pueden encontrar tres tipos de procesos generales:
Aporte, alteración y pérdida del material litológico.
Aporte, alteración y pérdida del material orgánico.
Reorganización de ambos materiales por mezcla, agregación, translocación y diferenciación.

Es decir, que los complejos procesos de transformación de un suelo se reducen a adiciones, transformaciones, transferencias y pérdidas de materiales. Básicamente, se trata de sólo tres procesos: meteorización física, alteración química y translocación de sustancias. Estos procesos afectan tanto a la fase mineral como a la fase orgánica del suelo y constituyen lo que tradicionalmente se denomina como los procesos básicos o generales en la formación del suelo ya que actúan siempre en la formación de todos los suelos.
Los procesos de meteorización física del material original pueden observarse en la base del perfil de suelo, donde la roca original aparece fragmentada en bloques de tamaño heterogéneo y en partículas más finas. La fragmentación mecánica del sustrato original ocurre por causas fundamentalmente climáticas (procesos de dilatación/contracción debido a la insolación o a la congelación, cambios de humedad) pero también a causas geológicas, como el descenso de presión que sufren las rocas al aflorar en la superficie, cristalización de sustancias en los poros del suelo o a la acción mecánica de las raíces de las plantas, que pueden llegar a fracturar el material.
Entre los procesos de alteración química figuran el emparde cimiento, la rubefacción, la fersialitización, la ferralitización o la gleyzación.
Los procesos de translocación se realizan debido a la acción del agua. Normalmente, el movimiento del agua en el perfil es descendente. Sin embargo, en climas áridos, es perceptible el movimiento ascendente de las sales debido a los procesos de evapotranspiración. En zonas de relieve montañoso, el desplazamiento lateral del agua del suelo también puede tener efectos importantes en la formación del suelo. En los procesos de translocación pueden distinguirse dos fases distintas:
Eluviación. Es la fase inicial de movilización de materiales que constituyen la capa superficial del suelo.

Iluviación. Es la fase de inmovilización o acumulación de sustancias procedentes de las capas superiores del suelo en las zonas más profundas. 

ETAPAS DE LA FORMACIÓN DEL SUELO

El suelo procede de la roca madre, la cual se altera por la acción de los factores ambientales y en su formación se desarrollan una serie de procesos que transforman el material original hasta darle una morfología y propiedades propias.
En la formación del suelo intervienen un conjunto de procesos muy heterogéneos. Esta complejidad se desprende si nos fijamos en la posición del suelo en la Naturaleza. El suelo está sometido a las leyes de la litosfera, hidrosfera, biosfera y atmósfera. De este modo, el suelo es el resultado de la acción de cinco factores formadores principales:

Litología. La naturaleza litológica del sustrato original condiciona las propiedades químicas (acidez, riqueza en nutrientes, etc.) y físicas del suelo (permeabilidad, consistencia, textura, etc.). La influencia del material original se pone de manifiesto en propiedades como el color, la textura, la estructura, la acidez y otras muchas propiedades del suelo. Las rocas que contengan abundantes minerales inestables evolucionarán fácil y rápidamente para formar suelos, mientras que aquellas otras, como las arenas maduras, que sólo contienen minerales muy estables, como el cuarzo, apenas si llegan a edificarse aunque estén expuestas durante largo tiempo a la meteorización. La roca regula la penetración y circulación del aire y del agua, lo que va a condicionar de un modo decisivo la fragmentación, alteración y translocación de los materiales. En general, cuando el resto de condiciones permanecen iguales, existe una estrecha relación entre el tipo de suelo y las características de la roca madre.

Clima. El clima influye directamente sobre el suelo mediante la humedad y la temperatura, y de manera indirecta mediante la vegetación y el relieve. El clima es el principal agente de alteración química del suelo, así como de la fragmentación mecánica de determinados tipos de sustratos. El clima controla los procesos que tienen lugar en el suelo y su intensidad. La disponibilidad y el flujo de agua regulan la velocidad de desarrollo de la mayoría de los procesos edáficos. Muchas propiedades de los suelos presentan determinadas tendencias relacionadas con las características del clima. La cantidad y el tipo de arcilla, por ejemplo tiene que ver con las características climáticas que controlan la alteración química. Existe una relación entre el tipo de mineral existente y la precipitación.

Relieve. El relieve condiciona el desarrollo del suelo, fundamentalmente desde el punto de vista de la profundidad y la diferenciación de horizontes. El relieve influye sobre el transporte por gravedad. Los relieves abruptos favorecen la erosión, originando suelos lépticos, poco profundos (Figura 1-5). En los valles, por el contrario, se favorece el desarrollo en profundidad del suelo. El relieve, además, condiciona aspectos como la insolación, el drenaje del suelo y determinados procesos geomorfológicos. La relación entre el suelo y las características geomorfológicas del paisaje es tan estrecha que su conocimiento es la base para establecer los modelos de distribución de suelos útiles en cartografía y ordenación del territorio.
Seres vivos. Los seres vivos afectan al suelo de diversas maneras. Las plantas constituyen la principal fuente de materia orgánica del suelo. Los seres vivos condicionan tanto procesos de tipo químico como físico, favoreciendo en general la fertilidad del suelo. Los animales excavadores trituran y mezclan el material del suelo, lo que influye sobre la estructuración, la permeabilidad y la aireación. En general, los vertebrados y algunos invertebrados, como los artrópodos, son responsables de la bioturbación del suelo. Los invertebrados no artrópodos colaboran en la alteración de la materia orgánica y favoreciendo la mezcla de materia orgánica y mineral del suelo. La vegetación posee un papel clave en la formación del suelo, sobre todo si se considera su capacidad de meteorización de la roca (líquenes, raíces, etc.) o el aporte de materia orgánica.
Edad. El tiempo constituye un factor importante en el suelo, de tal modo que los suelos más antiguos son los que muestran un mayor desarrollo en profundidad del perfil y una mayor diversificación de horizontes. La velocidad de formación del suelo va desde 1 mm/año hasta 0,001 mm/año. Las propiedades del suelo pueden variar en función del momento del día o el año, además de la existencia de cambios muy lentos que necesitan decenas o cientos de años para producirse.
La formación del suelo tiene lugar como consecuencia de la actuación de estos cinco factores formadores, y en ella desde el punto de vista didáctico se pueden distinguir dos etapas: la etapa inicial que representa la diferenciación de los constituyentes del suelo y una etapa final en la que los constituyentes se reorganizan y evolucionan para formar el suelo.

La etapa inicial comienza, lógicamente, con la fragmentación de las rocas originales y también de los restos de los organismos que poco a poco han ido colonizando el material. La desagregación del material facilitará la circulación del aire y del agua, y también favorecerá la actividad biótica, todo lo cual conducirá a la subsiguiente alteración química del material.

Los minerales de las rocas originales, dependiendo de la estabilidad, se alteran en mayor o menor medida, apareciendo en el suelo más o menos transformados. Los iones liberados en la alteración mineral pasarán a la solución del suelo formando geles o se recombinarán para dar lugar a nuevos minerales.

Por otra parte, los vegetales y animales sufren al morir unas intensas transformaciones químicas, desarrollándose un nuevo material orgánico que evoluciona para alcanzar un equilibrio en las condiciones edáficas, llamado humus. Durante estos procesos de transformación del material orgánico se desprenderán compuestos sencillos que irán a engrosar la solución del suelo y también se pueden desprender como consecuencia de estas reacciones determinados gases, además de agua.

Etapa final. Todos los constituyentes formados o liberados en la etapa inicial (minerales, humus, geles, gases, agua y soluciones) sufren una serie de procesos de mezcla y diferenciaciones que si evolucionan in situ conducen a la formación del suelo, mientras que si son arrastrados a otros lugares, dan lugar a los sedimentos (los cuales pueden sufrir posteriormente nuevos procesos de edafización). En la fase final la transformación es tan intensa que el material adquiere una morfología y unas características químicas propias. Las sustancias minerales originales se han transformado física y químicamente, se han reorganizado y unido entre sí y a la fracción orgánica y han formado nuevos agregados estructurales. Las movilizaciones de sustancias adquieren en esta fase un papel predominante. 

EL PERFIL Y LOS HORIZONTES DEL SUELO

Como la edafización actúa desde la superficie y va perdiendo su intensidad conforme profundizamos en el perfil del suelo, el material se altera de un modo diferencial y como resultado de la actuación de estos procesos de meteorización y translocación se pasa de un material homogéneo o uniforme, como es la roca, a un material heterogéneo, estratificado en capas con diferentes propiedades como es el suelo; es decir, se produce la horizonación del material. Y es precisamente esta característica, representada por la variación regular de las propiedades y constituyentes del suelo en función de la profundidad, la característica más representativa de los suelos, rasgo que los diferencia claramente de las rocas.
A cada capa en que se organiza el material del suelo se le denomina horizonte, y su superposición constituye el perfil del suelo.
Los horizontes constituyen las unidades para el estudio y para la clasificación de los suelos.
Los horizontes edáficos son capas aproximadamente paralelas a la superficie del terreno y se establecen en función de cambios de las propiedades y constituyentes (que son el resultado de la actuación de los procesos de formación del suelo) con respecto a las capas inmediatas.
Los se ponen, normalmente, de manifiesto en el campo, en el perfil del suelo, pero los datos de laboratorio sirven para confirmar y caracterizar a estos horizontes.
Generalmente bastan solo tres propiedades para establecer la horizonación de un suelo:
Color.
Textura.
Estructura.

Aunque propiedades como la consistencia, la reacción ácida y otras, son a veces de gran ayuda, el más mínimo cambio detectado (en una sola o en varias de estas propiedades) es suficiente para diferenciar un nuevo horizonte.

 
NOMENCLATURA ABC DE LOS HORIZONTES DEL SUELO

La designación de horizontes constituye uno de los pasos fundamentales en la definición de los suelos.
Para designar a los horizontes del suelo se usan un conjunto de letras y de números.

HORIZONTES PRINCIPALES
Los horizontes se designan mediante letras mayúsculas que nos indican las características fundamentales del material de que está constituido. De manera simple, los horizontes principales se designan mediante las siguientes letras:

H. Acumulaciones de materia orgánica sin descomponer (>20-30%), saturados en agua por largos períodos. Es el horizonte de las turbas.
O. Capa de hojarasca sobre la superficie del suelo (sin saturar agua; >35%), frecuente en los bosques.
A. Formado en la superficie, con mayor porcentaje de materia orgánica (transformada) que los horizontes situados debajo. Típicamente de color gris oscuro, más o menos negro, pero cuando contiene poca materia orgánica (suelos cultivados) puede ser claro. Estructura migajosa y granular.
E. Horizonte de fuerte lavado. Típicamente situado entre un A y un B. Con menos arcilla y óxidos de Fe y Al que el horizonte A y B. Con menos materia orgánica que el A. Muy arenosos y de colores muy claros (altos values). Estructura de muy bajo grado de desarrollo (la laminar es típica de este horizonte).

B. Horizonte de enriquecimiento en: arcilla (iluvial o in situ), óxidos de Fe y Al (iluviales o in situ) o de materia orgánica (sólo si es de origen iluvial; no in situ), o también por enriquecimiento residual por lavado de los carbonatos (si estaban presentes en la roca). De colores pardos y rojos, de cromas (cantidad de color) más intensos o hue (tonalidad del color) más rojo que el material original = hor. C). Con desarrollo de estructura edáfica (típicamente en bloques angulares, subangulares, prismática).
C. Material original. Sin desarrollo de estructura edáfica, ni rasgos edáficos. Blando, suelto, se puede cavar con una azada. Puede estar meteorizado pero nunca edafizado.
R. Material original. Roca dura, coherente. No se puede cavar.

HORIZONTES DE TRANSICIÓN
Se presentan cuando el límite entre los horizontes inmediatos es muy difuso, existiendo una capa ancha de transición con características intermedias entre los dos horizontes. Se representan por la combinación de dos letras mayúsculas (por ejemplo: AE, EB, BE, BC, CB, AB, BA, AC y CA). La primera letra indica el horizonte principal al cual se parece más el horizonte de transición.



HORIZONTES MEZCLA


En algunas ocasiones aparecen horizontes mezclados que constan de partes entremezcladas. Están constituidos por distintas zonas en cada una de las cuales se puede identificar a un horizonte principal ( en la misma capa existen trozos individuales de un horizonte completamente rodeados de zonas de otro horizonte). Se designan con dos letras mayúsculas separadas por una raya diagonal (p.ej. E/B, B/C); la primera letra indica el horizonte principal que predomina. 

http://www.camposparaguay.com.py/gfx/mapas/paraguay-mapa-suelos-big.gifSUELOS EN PARAGUAY:

El Paraguay como un todo dispone de un mínimo de información sobre la magnitud de los procesos erosivos en las diferentes regiones del país. Si bien más del 90% del área de cultivo está expuesta a procesos de erosión por acción del agua en diferentes grados de intensidad, en función de las diferentes características edafo-climáticas esta caracterización es muy generalizada, fragmentaria y heterogénea, ofrece limitadas posibilidades para sustentar una recomendación precisa sobre los potenciales de sus suelos.

            La clasificación por capacidad de uso disponible, abarca solamente la Región Oriental donde las clases II, III y IV cubren el 62,7% de la región. Entre sus limitaciones predomina la susceptibilidad a la erosión.

COLOR:

  • El color es una de las propiedades del suelo mas útil para su evalua- ción e identificación. Es medida por comparación visual utilizando la carta de Munsell

  • A partir del color se puede inferir proce-sos pedogenéticos y evaluar características del suelo

  • Los agentes responsables por los colores son:

  • la materia orgánica (color oscuro)

  • óxidos de hierro (colores rojos y amarillos)

  • óxidos de manganeso (color negro revis-tiendo agregados)

  • Carbonato de Calcio y Magnesio (color blanquecino)



  • La variación de color se utiliza para la separación de los horizontes

  • La variación de color indica la condición de dre-naje: colores rojos o amarillados, buen drenaje, el agua pasa fácilmente por el perfil (dos oxidos de hierro, hematita y goethita)

  • Color gris o ceniza (gley) es ausencia de hierro oxidado que indica exceso de agua (reducción del hierro)


  • Suelos rojos y amarillos en un fondo gris (mosqueados) indican procesos de reducción y oxida-ción provocados por frecuentes elevacio-nes y bajadas de la napa freática 

EL SUELO PERFILES CARACTERÍSTICAS:


Esquema del suelo:
O - Materia orgánica
A - Suelo
B - Subsuelo
C - Material parental






Horizontes:

Se llaman horizontes del suelo a una serie de niveles horizontales que se desarrollan en el interior del mismo y que presentan diferentes caracteres de composición, textura, adherencia, etc. El perfil del suelo es la organización vertical de todos estos horizontes.
Clásicamente, se distingue en los suelos completos o evolucionados tres horizontes fundamentales que desde la superficie hacia abajo son:
            Horizonte O, "Capa superficial del horizonte A"
•          Horizonte A, o zona de lavado vertical: Es el más superficial y en él enraíza la vegetación herbácea. Su color es generalmente oscuro por la abundancia de materia orgánica descompuesta o humus elaborado, determinando el paso del agua arrastrándola hacia abajo, de fragmentos de tamaño fino y de compuestos solubles.
•          Horizonte B o zona de Precipitado: Carece prácticamente de humus, por lo que su color es más claro (pardo o rojo), en él se depositan los materiales arrastrados desde arriba, principalmente, materiales arcillosos, óxidos e hidróxidos metálicos, etc., situándose en este nivel los encostramientos calcáreos áridos y las corazas lateríticastropicales.
•          Horizonte C o subsuelo: Está constituido por la parte más alta del material rocoso in situ, sobre el que se apoya el suelo, más o menos fragmentado por la alteración mecánica y la química (la alteración química es casi inexistente ya que en las primeras etapas de formación de un suelo no suele existir colonización orgánica), pero en él aún puede reconocerse las características originales del mismo.
•          Horizonte D, horizonte R, roca madre o material rocoso: es el material rocoso subyacente que no ha sufrido ninguna alteración química o física significativa. Algunos distinguen entre D, cuando el suelo es autóctono y el horizonte representa a la roca madre, y R, cuando el suelo es alóctono y la roca representa sólo una base física sin una relación especial con la composición mineral del suelo que tiene encima.

Los suelos son sistemas complejos donde ocurren una vasta gama de procesos físicos y biológicos que se ven reflejados en la gran variedad de suelos existentes en la tierra. Son muchos los procesos que pueden contribuir a crear un suelo particular, algunos de estos son: la deposición eólica, sedimentación en cursos de agua, meteorización, y deposición de material orgánico.
De un modo simplificado puede decirse que las etapas implicadas en la formación del suelo son las siguientes:
•          Disgregación mecánica de las rocas.
•          Meteorización química de los materiales regolíticos, liberados.

Existen dos clasificaciones para los tipos de suelo, una según su estructura y otra de acuerdo a sus formas físicas.
 a. Por funcionalidad:
Suelos arenosos: No retienen el agua, tienen muy poca materia orgánica y no son aptos para la agricultura.
Suelos calizos: Tienen abundancia de sales calcáreas, son de color blanco, secos y áridos, y no son buenos para la agricultura.
Suelos humíferos (tierra negra): Tienen abundante materia orgánica en descomposición, de color oscuro, retienen bien el agua y son excelentes para el cultivo.
Suelos arcillosos: Están formados por granos finos de color amarillento y retienen el agua formando charcos. Si se mezclan con humus pueden ser buenos para cultivar.
Suelos pedregosos: Formados por rocas de todos los tamaños, no retienen el agua y no son buenos para el cultivo.
Suelos mixtos: Tiene características intermedias entre los suelos arenosos y los suelos arcillosos.
b. Por características físicas:
Litosoles: Se considera un tipo de suelo que aparece en escarpas y afloramientos rocosos, su espesor es menor a 10 cm y sostiene una vegetación baja, se conoce también como leptosoles que viene del griego leptos que significa delgado.
Cambisoles: Son suelos jóvenes con proceso inicial de acumulación de arcilla. Se divide en vértigos, gleycos, eutrícos y crómicos.
Luvisoles: Presentan un horizonte de acumulación de arcilla con saturación superior al 50%.
Acrisoles: Presentan un marcado horizonte de acumulación de arcilla y bajo saturación de bases al 50%.
Gleysoles: Presentan agua en forma permanente o semipermanente con fluctuaciones de nivel freático en los primeros 50 cm.
Fluvisoles: Son suelos jóvenes formados por depósitos fluviales, la mayoría son ricos en calcio.
Rendzina: Presenta un horizonte de aproximadamente 50 cm de profundidad. Es un suelo rico en materia orgánica sobre roca caliza.

Vertisoles: Son suelos arcillosos de color negro, presentan procesos de contracción y expansión, se localizan en superficies de poca pendiente y cercanos escurrimientos superficiales.

ESTRUCCTURA:


Se entiende la estructura de un suelo como la distribución o diferentes proporciones que presentan los distintos tamaños de las partículas sólidas que lo conforman, y son:
•          Materiales finos, (arcillas y limos), de gran abundancia con relación a su volumen, lo que los confiere una serie de propiedades específicas, como:
•          Cohesión.
•          Adherencia.
•          Absorción de agua.
•          Retención de agua.
•          Materiales medios, formados por tamaños arena.
•          Materiales gruesos, entre los que se encuentran fragmentos de la roca madre, aún sin degradar, de tamaño variable.
Los componentes sólidos, no quedan sueltos y dispersos, sino más o menos aglutinados por el humus y los complejos órgano-minerales, creando unas divisiones horizontales denominadas horizontes del suelo.
La evolución natural del suelo produce una estructura vertical “estratificada” (no en el sentido que el término tiene en Geología) a la que se conoce como perfil. Las capas que se observan se llaman horizontes y su diferenciación se debe tanto a su dinámica interna como al transporte vertical.

CLASIFICACIÓN DE LOS SUELOS:

El suelo se puede clasificar según su textura: fina o gruesa, y por su estructura: floculada, agregada o dispersa, lo que define su porosidad que permite una mayor o menor circulación del agua, y por lo tanto la existencia de especies vegetales que necesitan concentraciones más o menos elevadas de agua o de gases.
El suelo también se puede clasificar por sus características químicas, por su poder de absorción de coloides y por su grado de acidez (pH), que permite la existencia de una vegetación más o menos necesitada de ciertos compuestos.
Los suelos no evolucionados son suelos brutos, muy próximos a la roca madre y apenas tienen aporte de materia orgánica. Son resultado de fenómenos erosivos o de la acumulación reciente de aportes aluviales. De este tipo son los suelos polares y los desiertos, tanto de roca como de arena, así como las playas.
Los suelos poco evolucionados dependen en gran medida de la naturaleza de la roca madre. Existen tres tipos básicos: ránker, rendzina y los suelos de estepa.
En los suelos evolucionados encontramos todo tipo de humus, y cierta independencia de la roca madre. Hay una gran variedad y entre ellos se incluyen los suelos de los bosques templados, los de regiones con gran abundancia de precipitaciones, los de climas templados y el suelo rojo mediterráneo. En general, si el clima es propicio y el lugar accesible, la mayoría de estos suelos están hoy ocupados por explotaciones agrícolas.

CAUSAS DE LA DEGRADACION O DESTRUCCION DEL SUELO

Meteorización: consiste en la alteración que experimentan las rocas en contacto con el agua, el aire y los seres vivos
Meteorización física o mecánica es aquella que se produce cuando, al bajar las temperaturas, el agua que se encuentra en las grietas de las rocas se congela. Así aumenta su volumen y provoca la fractura de las rocas.
Meteorización química es aquella que se produce cuando los materiales rocosos reaccionan con el agua o con las sustancias disueltas en ella.
Erosión: consiste en el desgaste y fragmentación de los materiales de la superficie terrestre por acción del agua, el viento, etc. Los fragmentos que se desprenden reciben el nombre de detritos.
Transporte: consiste en el traslado de los detritos de un lugar a otro.
Sedimentación: consiste en el depósito de los materiales transportados, reciben el nombre de sedimentos, y cuando estos sedimentos se cementan, originan las rocas sedimentarias.
Los suelos se pueden destruir por las lluvias. Estas van lavando el suelo, quitándole todos los nutrientes que necesita para poder ser fértil, los árboles no pueden crecer ahí y se produce una deforestación que conlleva como consecuencia la desertificación.





COMPOSICIÓN DEL SUELO:

Los componentes del suelo se pueden dividir en sólidos, líquidos y gaseosos.
Sólidos
Este conjunto de componentes representa lo que podría denominarse el esqueleto mineral del suelo. Y entre estos, componentes sólidos, del suelo destacan:
Silicatos, tanto residuales o no completamente meteorizados, (micas, feldespatos, y fundamentalmente cuarzo).
Como productos no plenamente formados, singularmente los minerales de arcilla, (caolinita, illita, etc.).
Óxidos e hidróxidos de Fe (hematites, limonita, goethita) y de Al (gibbsita, boehmita), liberados por el mismo procedimiento que las arcillas.
Clastos y granos poliminerales como materiales residuales de la alteración mecánica y química incompleta de la roca originaria.
Otros diversos compuestos minerales cuya presencia o ausencia y abundancia condicionan el tipo de suelo y su evolución.
Carbonatos (calcita, dolomita).
Sulfatos (aljez).
Cloruros y nitratos.
Sólidos de naturaleza orgánica o complejos órgano-minerales, la materia orgánica muerta existente sobre la superficie, el humus o mantillo:
Humus joven o bruto formado por restos distinguibles de hojas, ramas y restos de animales.
Líquidos
Esta fracción está formada por una disolución acuosa de las sales y los iones más comunes como Na+, K+, Ca2+, Cl-, NO3-,… así como por una amplia serie de sustancias orgánicas. La importancia de esta fase líquida en el suelo estriba en que éste es el vehículo de las sustancias químicas en el seno del sistema.
El agua en el suelo puede estar relacionada en tres formas diferentes con el esqueleto sólido:
•          La primera, está constituida por una partícula muy delgada, en la que la fuerza dominante que une el agua a la partícula sólida es de carácter molecular, y tan sólida que esta agua solamente puede eliminarse del suelo en hornos de alta temperatura. Esta parte del agua no es aprovechable por el sistema radicular de las plantas.
•          La segunda es retenida entre las partículas por las fuerzas capilares, las cuales, en función de la textura pueden ser mayores que la fuerza de la gravedad. Esta porción del agua no percola, pero puede ser utilizada por las plantas.
•          Finalmente, el agua que excede al agua capilar, que en ocasiones puede llenar todos los espacios intersticiales en las capas superiores del suelo, con el tiempo percola y va a alimentar los acuíferos más profundos. Cuando todos los espacios intersticiales están llenos de agua, el suelo se dice saturado.
Gases
La fracción de gases está constituida fundamentalmente por los gases atmosféricos y tiene gran variabilidad en su composición, por el consumo de O2, y la producción de CO2 dióxido de carbono. El primero siempre menos abundante que en el aire libre y el segundo más, como consecuencia del metabolismo respiratorio de los seres vivos del suelo, incluidas las raíces y los hongos. Otros gases comunes en suelos con mal drenaje son el metano (CH4 ) y el óxido nitroso (N2O).

PROCESOS DE FORMACION
Los procesos que forman el suelo arrancan con la meteorización física y química de la roca bruta. Continúa con el primer establecimiento de una biota, en la que frecuentemente ocupan un lugar prominente los líquenes, y el desarrollo de una primera vegetación. El aporte de materia orgánica pone en marcha la constitución del edafon, lo que a su vez favorece una mejor mezcla de las fracciones orgánica y mineral y la fertilidad del suelo

Comportamiento químico, PH, textura
El termino    PH: define la acidez o la alcalinidad relativa de una sustancia. La escala de pH cubre una amplitud de 0 a 14. Un valor de pH = 7 es neutro. Valores por debajo de 7 son ácidos y por encima de 7 son básicos.

Textura: Es la cantidad relativa expresada en % de arena, %de limo y % de arcilla contenida en una porción de suelo. Este término se refiere proporciones de separados en la fracción mineral del suelo:

PRESENCIA DE ELEMENTOS QUIMICOS

            Actualmente se admite que las plantas superiores pueden contener hasta 60 elementos, de los cuales 16 de ellos (C, H, O, N, P, K, Ca, Mg, S, Fe, Mn, B, Mo, Cu, Zn y CI) son considerados esenciales para su normal desarrollo mientras que otros 4 (Na, Si, Co y V) son considerados esenciales para algunas de ellas

Drenaje-tendencia o no a la erosión

La erosión es la degradación y el transporte de suelo o roca que producen distintos procesos en la superficie de la tierra. Entre estos agentes esta la circulación de agua o hielo, el viento o los cambios técnicos. La erosión puede ser incrementada por actividades humanas o antropogenicas. También depende el tipo de vegetación  que se encuentre en el lugar


S: TERRENO ESTABLE
(SN): Terreno estable en condiciones naturales. En la Región Occidental y suroeste de la Región Oriental fueron identificados terrenos estables en condiciones naturales. La razón estriba en la ausencia de la actividad humana, por las características menos favorables del suelo para la actividad agrícola, sus condiciones semidesérticas, inaccesibilidad y problemas de drenaje.
C: DETERIORO QUIMICO
Este tipo de degradación se observa preferentemente en la Región Oriental en los Departamentos de San Pedro, Paraguarí, Caazapa y Caaguazú, y es debido a una práctica de agricultura en suelos pobres o moderadamente fértiles, sin suficiente aplicación de abonos orgánicos o fertilizantes químicos, que provoca un agotamiento general de los suelos y conduce a una reducción de la productividad del suelo. La rápida pérdida de nutrientes después de la remoción de la vegetación natural está también incluida en este tipo de degradación. La pérdida de nutrientes de la capa superficial es considerada como un efecto de la erosión del suelo.

STATUS DE LA DEGRADACION DE SUELOS:
1: Ligero
            Son terrenos que en algunos casos presentan una reducción en su capacidad agrícola, pero son apropiados para uso en sistema de finca. La restauración de su productividad es posible mediante un cambio de sistema de manejo. Su función biótica original está ano ampliamente intacta.
2: Moderado
            La productividad agrícola de estos terrenos está reducida grandemente, pero aún son apropiados para uso en sistemas locales de producción. Se necesitan mayores esfuerzos para restablecer su productividad. Las funciones bióticas están parcialmente destruidas.
3: Fuerte

            Las tierras no son utilizables a nivel de finca. Requieren mayores trabajos de ingeniería para su recuperación. Sus funciones bióticas originales están grandemente destruidas.

Productividad natural:

Es de interés conocer la producción de la materia orgánica de los ecosistemas o de un área determinada para un manejo adecuado y poder regular las cosechas o los aprovechamientos de los recursos naturales disponibles.

Para determinar la  producción se mide la productividad, que es la producción de materia orgánica o biomasa es un área determinada por unidad de tiempo. En otras palabras, es la cantidad de materia orgánica acumulada en un determinado tiempo en un área determinada

ULTISOL:


Ultisoles , comúnmente conocidos como suelos rojos arcillosos , son uno de los doce órdenes de suelos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos taxonomía de suelo . Se definen como suelos minerales que no contienen calcárea material de cualquier parte de la tierra, tener menos de 10% de minerales resistentes a la intemperie en la capa superior extrema del suelo, y que tienen menos de 35% de base de saturación en toda la tierra. Ultisoles se producen en las regiones húmedas templadas o tropicales. Los ultisoles también se encuentran en las regiones de África, Asia y América del Sur.
La palabra "ultisol" se deriva de "final", porque ultisoles fueron vistos como el producto final de la continua erosión de los minerales en un clima templado húmedo y sin nueva formación del suelo a través de la glaciación .
Ultisoles varían en color desde el púrpura-rojo, a un color rojizo-anaranjado brillante, a palidecer incluso algunos tonos amarillo-marrones apagados amarillo-naranja y. Por lo general son bastante ácida , a menudo teniendo un pH de menos de 5. Los colores rojo y amarillo son el resultado de la acumulación de óxido de hierro (óxido), que es altamente insoluble en agua. Las principalesnutrientes , tales como calcio y potasio , son típicamente deficientes en ultisoles, lo que significa que generalmente no se pueden utilizar para la agricultura sedentaria sin la ayuda de cal y otros fertilizantes , tales como superfosfato . Ellos pueden ser fácilmente agotados, y requieren un manejo más cuidadoso que alfisoles o molisoles . Sin embargo, pueden ser cultivadas sobre una gama relativamente amplia de condiciones de humedad.

El Orden de los Ultisoles se caracteriza por tener suelos con horizonte argílico o kándico y con una baja saturación de bases menor del 35% a una profundidad de 125 cm por debajo del límite superior del horizonte argílico. Son suelos que se ubican en zonas donde la precipitación es elevada excediendo la evapotranspiración potencial durante algunos períodos del año. La gran cantidad de precipitación provoca la percolación del agua a través del perfil, manteniendo la saturación de bases baja. Los Ultisoles se pueden presentar en cualquier régimen de humedad del suelo excepto el arídico, así como cualquier régimen de temperatura del suelo